martes, 4 de marzo de 2008

mujeres guatemala arte


Esta es una pequeña ponencia que escribí para una mesa redonda sobre la mujer guatemalteca a la que fuí invitada en Casa América de Catalunya. La comparto aqui con ustedes.


Arte-mujer-Guatemala

Al empezar a estructurar esta intervención se me ocurrió buscar en google la frase “mujeres artistas guatemaltecas” y sin sorprenderme me encontré con una serie de referencias entre las que predominan temas de feminicidio, machismo y denuncia a las violaciones de los derechos humanos de las mujeres en Guatemala. No me sorprende, tristemente no me soprendió, pero sí me hizo pensar que en estos minutos que tengo para hablar con ustedes quiero aprovecharlos para reflexionar desde otros puntos de vista.

Hablar de mujeres guatemaltecas y de arte es mezclar un territorio con un serie de ideas preconcebidas… al hablar de Guatemala seguramente vienen a la mente de ustedes imágenes de indígenas, de guerra quizás, de genocidio, de selva tropical, de pirámides mayas, de animales exóticos, de masacres o incluso la tentación de Guatemala como un posible destino para las próximas vacaciones. Luego si agregamos un elemento más y a ese territorio llamado Guatemala añadimos el término mujer y pensamos en “mujeres guatemaltecas”, talvez nos venga a la mente una mujer indígena con un traje colorido o una mujer latina que baila salsa o quizás una mujer vulnerable en un país en donde los índices de feminicidio son alarmantes… Ahora bien, si a mujer guatemalteca agregamos el calificativo de artista… y decimos mujer artísta guatemalteca estamos mezclando una serie de elementos que podrían parecer milagrosos…yo los invito a hacer el experimento en internet… encontrarán cosas interesantes y estos resultados quien en este caso nos podría llevar a pensar que la posibilidad de que una mujer guatemalteca sea artísta es remota pero que además no puede desvincularse del feminicidio, de la violencia de la postguerra y de tantas otras barbaridades con las que convivimos cotidianamente en Guatemala. Esto último sin duda es cierto, una mujer artista guatemalteca no puede desvincularse de la situación que atravesamos las mujeres en Guatemala. Así como al principio hablaba de todas esas ideas preconcebidas que creo que vienen a la mente de las personas no guatemaltecas cuando se habla de Guatemala… igualmente quiero aclarar un poco el punto de vista desde el que soy capaz de hablarles. Guatemala es diversamente viva y yo dentro de esa diversidad les puedo hablar como mujer, guatemalteca, ladina, artista y arqueóloga. Y antes de hacer más aproximaciones y de contarles cualquier cosa sobre el trabajo de algunas de mis compatriotas guatemaltecas siento el compromiso de decirles que soy una excepción, y no porque sea un ser excepcional (que todos los somos) sino porque en Guatemala y en este mundo todas las mujeres de alguna manera somos excepciones, detrás de cada una de nosotras hay una historia única y siempre excepcional. Así que les cuento, como les decía, soy mujer, guatemalteca que actualmente reside en Barcelona con una beca otorgada por la AECI para hacer un master en Gestión Cultural, además soy también una mujer que creció como parte minoritaria del país, rodeada de una serie de privilegios con las que un mínimo porcentaje de mujeres guatemaltecas hemos tenido la dicha de contar. Les llamo privilegios, y talvez aquí las podamos llamar “condiciones”, tales como una familia que me dio la protección necesaria, un acceso a la educación, a la salud, a la seguridad, etc… Además pertenezco a una generación de artistas de “la postguerra”, que suele ser un término que vende bien en los circulos artísticos como bienales, galerías, etc… somos jóvenes artistas, hombres y mujeres que nacimos en plena guerra. Y en este caso también soy una excepción, porque digo que nací en plena guerra y ustedes podrán imaginarse bombas o metralletas alrededor de mi cuna… pero no, como muchas mujeres más crecí en la ciudad de Guatemala en dónde parecía que la sangre de la guerra no nos llegaba directamente y mientras que yo estaba en un salón de clases cantando “los pollitos dicen pio pio pio”, muchas y muchos guatemaltecos estaban sufriendo la guerra muy de cerca, muchas niñas de mi edad eran asesinadas después de vivir diferentes tipos de torturas… así que aquí me tienen, una mujer que creció en la ciudad de Guatemala, que es además uno de los centros urbanos con los mayores índices de violencia en Latinoamérica. Vengo de una ciudad en donde es absolutamente normal ver armas en cada esquina, guardias de seguridad luciendo enormes metralletas afuera de las lavanderias, las abarroterías, las farmacias, los salones de belleza…etc… Una ciudad en donde al despedirse el “hasta luego” ha sido reemplazado por un “nos vemos, si Dios quiere” y el “hasta mañana” por un “anda con mucho cuidado y llamame al llegar…”, son pequeños detalles pero que a mi parecer reflejan muchísimo de lo que enfrentamos cada día los guatemaltecos, especialmente las guatemaltecas. En mi ciudad uno no puede considerar la idea de llevar una minifalda sin sentirse acosada… ya que para gran parte de la población masculina esto esta visto como una provocación… he escuchado a hombres que al ver pasar a una mujer guapa luciendo su cuerpo hacer comentarios como “y después se quejan de que las violen… cuando ellas se lo buscan vestidas así”… y bueno, de esta forma podría seguir contándoles anécdotas de agresiones a mujeres cercanas, lejanas, indígenas, ladinas, adultas, niñas, mujeres todas. Son hechos que no podemos darnos el lujo de pasar por alto.

Pero en Guatemala también hay mucha vida, hay muchas mujeres que se levantan cada día a trabajar, a luchar, a generar cambios y a crear. Así que los invito a hacer un pequeño recorrido imaginario para ustedes y basado en mi realidad en Guatemala dándo algunas vueltas por la ciudad de Guatemala y visitando a algunas mujeres. Empezamos el día, son las siete de la mañana y vamos a tomar un atol al mercado central… ahí nos encontramos con Doña Mela, una mujer corpulenta que sirve desayunos a personas que apresuradas y sonrientes se disponen a tomarse el atolito o el mosh para empezar con fuerzas sus actividades diarias. Doña Mela tiene este negocio desde hace varios años, es una mujer de unos 45 años que viste un hermoso guipil y que atiende amablemente a todos sus clientes. Doña Mela es viuda, su marido murió en una borrachera y ahora ella trabaja para sacar adelante a sus hijos, dales escuela, ropa, y una vida que ella hubiera querido tener para ella. Además el guipil de doña Mela ha sido tejido a mano. Al ver su guipil podemos saber de qué región del país viene, su guipil es testimonio vivo de miles y miles de mujeres guatemaltecas que de generación en generación, desde la época de los antiguos mayas han sabido conservar los símbolos de su cultura en esta rica tradición textil milenaria, y transmitirlos a sus hijas a lo largo de muchas generaciones, de portarlos cómo símbolos de su identidad, de reinterpretarlos, de innovarlos y a la vez de conservar la tradición. Estas mujeres tejedoras sin duda son artistas seguramente protegidas a través de los años por Ixchel, la diosa maya de la fecundidad y del tejido. Así que tomamos el atol, deseamos un buen día los comensales y seguimos nuestro recorrido. Vamos a visitar el proyecto FotoKids…Foto Kids es un proyecto que inicialmente nació en 1991, inició con un grupo de seis niños y niñas entre cinco y doce años de edad que vivían y trabajaban en los barrios de los alrededores del inmenso basurero municipal de la capital de Guatemala. Con los años el proyecto fue creciendo e incluyendo a niños y niñas de otras áreas marginales de la capital, al momento involucra a más de 80 jóvenes de 7 a 22 años de edad en seis comunidades distintas en el área urbana y rural. Vamos a visitar a Vivi. Viví fue desalojada de la línea del tren por ser ocupante ilegal y fue reubicada en otro barrio. Vivi ha comenzado su propia clase de niños de 6 a 12 años para enseñarles fotografía. Vivi no es una extraña a la violencia, su hermano ahora encarcelado es un líder de la mara 18 y la familia ha sufrido la impulsión por disparos y amenazas de muerte de grupos de limpieza social. Vivi es fotógrafa estudia Administración de Empresas en la universidad y trabaja con estos niños para darles sentido del propósito de sus vidas, una voz con la cual expresarse, inspirarles creatividad, animarlos en la formación de valores y de una identidad siendo parte de un grupo sin necesidad de tener que pertenecer a una mara. Vivi es una jóven arstista comprometida con el cambio, con la vida.

Continuamos el recorrido y vamos a visitar a Regina José Galindo, Regina es una mujer tímida que habla poco, una artista con varios reconocimientos a nivel internacional, su obra es contestataria y de denuncia, en 2005 recibió el primer premio de la bienal de Venecia para artista jóven con piezas como “Piel”, en la que la artista depiló todo su cuerpo y caminó desnuda por Venecia… una especie de “homenaje-protesta” a la vulnerabilidad femenina. Otra obra suya “Quien puede borrar las huellas” del 2003, muestra a Regina caminando con una tina de sangre en la que remoja sus pies para luego dejar sus huellas sobre el pavimento. La acción concluyó frente a la comandancia general de la policía nacional de Guatemala, con la artista frente a una decena de policías uniformados… En el 2004 Regina presentó la obra “Himenoplastia”, en la que presenta la operación quirúrgica practicada en su propia vagina para reconstruir el himen. Una practica a la que recurren jóvenes mujeres que han sido violadas y que a fin de ser aceptadas como esposas legítimas se someten a este tipo de intervención. Es una obra dura que refleja la violencia a la que es sometida la mujer… Durante la inauguración de la bienal, Regina presentó la obra “Golpes”, una acción para la cual se encerró en una pequeña habitación y se flageló una vez por cada una de las 393 mujeres que habían sido asesinadas entre el 2004 y el 2005 en Guatemala. Esta obra deja constancia de que el arte es estética pero también representa una postura ética que tiene un peso decisivo sobre la sociedad. Acercarse a la obra de Regina es ver un lado duro de la mujer en Guatemala pero a la vez es traducir, sanar, enfrentarse a las heridas.

El recorrido termina aquí, por falta de tiempo… hay muchas cosas que contar sobre Guatemala, sobre las mujeres artístas guatemaltecas. Habemos muchas mujeres artistas guatemaltecas consientes y comprometidas con nuestras hermanas, con el país. Somos mujeres que a través del trabajo, del arte, de los colores en los tejidos, en los lienzos, en las acciones de cada día, en los conocimientos que transmitimos a nuestros hijos, en la forma en que nos comunicamos, en el trato al otro, entre muchas cosas más, estamos construyendo otro país, una cultura de paz, estamos haciendo que el lado femenino pese, estamos pintando, bailando, denunciando, escribiendo, reflexionando y sobre todo creyendo en Guatemala.

1 comentario:

Unknown dijo...

Bien Luchy, adelante, que habrá más mujeres que sigan tus pasos sin temor!!!!!!!!!!!!